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A través de talleres artísticos, intervenciones en espacios públicos y actividades intergeneracionales, el Punto de Cultura Comunitaria Circocholgüe busca contribuir a la seguridad, la cohesión social y el bienestar de niñas, niños, adolescentes, mujeres y personas mayores de la comuna.

En territorios donde las comunidades enfrentan con fuerza las consecuencias de la inseguridad, el arte se levanta como una respuesta colectiva y transformadora. Con el proyecto “Tejiendo Resiliencia con Circocholgüe”, vecinos y vecinas de Tomé Alto, Caleta Cocholgüe y el Barrio Patrimonial California fueron parte de un proceso que utiliza el circo social y las artes escénicas como herramientas para sanar, empoderar y reconstruir el tejido social.

La organización, reconocida como Punto de Cultura Comunitaria por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, realizó un abanico de talleres y actividades dirigidas a diferentes grupos etarios. Entre ellos se encuentran el Taller “Autobiográfico para Adultos Mayores”, que trabaja la conciencia corporal y la memoria a través del relato audiovisual; el Taller de Teatro para estudiantes; el Taller de Biodanza para mujeres de Tomé Alto; y entrenamientos circenses abiertos en plazas de la comuna.

“Cuando hablamos de seguridad, también debemos hablar de cultura, porque son las comunidades organizadas las que sostienen el cuidado cotidiano en los territorios. Con este proyecto, Circocholgüe demuestra que el arte es una herramienta de transformación social, capaz de generar espacios de confianza, acompañamiento y resiliencia. Desde el Gobierno estamos convencidos de que el fortalecimiento de la vida comunitaria es clave para enfrentar la violencia y avanzar en más justicia y dignidad para todas y todos”, puntualizó la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Paloma Zúñiga.

En esta línea, se desarrollaron intervenciones circenses y saludables en recreos escolares, con el fin de prevenir situaciones como el bullying, la drogodependencia y la violencia. Durante el período estival, se abrirán espacios de formación para niñas y niños, junto con instancias para futuros formadores en resiliencia desde la conciencia corporal. El proceso culminará con un espectáculo familiar e intergeneracional de Navidad, una tradición de Circocholgüe que busca reforzar la colaboración y el encuentro comunitario.

El proyecto, además, propone sistematizar la experiencia para dejar un registro de las metodologías, aprendizajes y transformaciones sociales ocurridas en el proceso.

Puntos de Cultura Comunitaria

Esta experiencia forma parte del programa Puntos de Cultura Comunitaria, una de las propuestas programáticas del Gobierno del Presidente Gabriel Boric. Se trata de un programa público nacional a cargo del Departamento de Ciudadanía Cultural de la Subsecretaría de las Culturas y las Artes, que busca aumentar el desarrollo de las prácticas socioculturales sostenidas por organizaciones de base comunitaria. Su propósito es reconocer su trayectoria a través de su registro y fortalecer su quehacer entregando financiamiento, asistencia técnica y acompañamiento en gestión, sostenibilidad y trabajo en redes. Actualmente, en la Región del Biobío son 19 las organizaciones comunitarias que forman parte de este programa, consolidando un espacio común de colaboración y fortalecimiento de la vida cultural en los territorios.